Hace tiempo que se conoce el hecho de que las granadas son un depósito de antioxidantes. Investigadores dietistas descubrieron recientemente que tienen una ventaja más: ayudan a combatir los ataques de hambre. Esto significa que al consumir granadas regularmente, puede reducir la sensación de hambre, mientras que la sensación de saciedad aumenta.
El experimento se realizó en la Universidad Queen Margaret, Edimburgo, con la participación de 29 personas. Todos los días durante tres semanas, algunos de los participantes tomaron un placebo y otros tomaron extracto de granada de la cáscara, semillas y núcleo.
Después de tres semanas, antes de un almuerzo de pasta con salsa de tomate, cada participante bebió un vaso de jugo de granada. Antes de las comidas y dentro de las dos horas posteriores, a intervalos de 15 minutos, tuvieron que registrar en un cuestionario especial la gravedad del hambre, la sensación de saciedad y el grado de satisfacción con la comida.
Como resultado, los participantes que tomaron el extracto comieron un 22 por ciento menos en promedio que los voluntarios del grupo de control (447 gramos de pasta en comparación con 574 gramos en el grupo de control), y la comida les pareció más sabrosa.
En promedio, sintieron menos hambre en un 12 por ciento, el deseo de comer disminuyó en un 21 por ciento, la sensación de saciedad y satisfacción aumentó en un 16 y 15 por ciento, respectivamente.
Esto sugiere que el extracto de granada puede ayudar a enfrentar el problema del sobrepeso y la obesidad. El jugo de granada también reduce la presión y mejora la condición con resistencia a la insulina.
