Los científicos australianos han llegado a conclusiones interesantes: resulta que los niños criados en familias del mismo sexo no solo tienen mejor salud, sino también un contacto más cercano con sus padres que los niños que crecen en familias tradicionales. Sin embargo, los expertos advierten sobre la existencia del reverso de la medalla: más del 70% de estos niños en el futuro se enfrentan a una falta de comprensión de la sociedad.
Estos resultados se obtuvieron en una encuesta de 300 parejas del mismo sexo y sus hijos. En la mayoría de los casos, estas eran parejas de lesbianas, el resto eran homosexuales. En comparación con los niños de familias tradicionales, los hijos de padres del mismo sexo tenían un 6% mejor de salud.
Estudiar el comportamiento y el estado mental de los niños de esas familias no reveló ninguna anormalidad. Quizás la razón de esto es que las parejas del mismo sexo están tratando lo más posible de mantener una atmósfera armoniosa en la casa, distribuyendo correctamente las responsabilidades.
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